A lo mejor si os digo Insuficiencia Venosa Crónica… pues, no os dice nada… pero si te digo piernas cansadas, varices o hinchazón en los pies o tobillos, aquí ya la cosa cambia. Y es que esta es las sintomatología clásica de un problema circulatorio puede llegar a afectar hasta a un 70% de la población española.
¿Qué es y cuáles son los síntomas de la insuficiencia venosa crónica?
Se trata de una enfermedad vascular crónica y progresiva que se puede complicar y por tanto debemos de prestarle atención al notar los primeros síntomas. La Insuficiencia Venosa Crónica agrupa diferentes síndromes clínicos con el mismo origen, una hipertensión venosa crónica generado a partir de un fallo en la función valvular de las venas de las extremidades inferiores, fallo que se produce independientemente de la postura y actividad.
Se manifiesta de diferentes maneras clínicas, desde las más leves como la pesadez de piernas, la enfermedad progresa y las manifestaciones que puede llegar a aparecer van desde hacia varices y en estadios más avanzados pueden aparecer úlceras, sangrados o flebitis superficial.
Por lo tanto, en la progresión de esta enfermedad pasamos de estadios iniciales e intermedios donde se ve comprometida la calidad de vida del paciente, hasta los estadios más avanzados que ya suponen sufrir una morbi-mortalidad similar a un fallo cardiaco.
¿Por qué se produce la Insuficiencia Venosa Crónica?
En nuestro sistema circulatorio encontramos dos tipos de vasos, con funciones diferentes: las arterias y las venas. La función de las arterias es distribuir la sangre que sale del corazón y se ha oxigenado en los pulmones por todo nuestro organismo.
Sin embargo, la función de las venas es recoger la sangre de todo el cuerpo y enviarla otra vez al corazón/pulmones para que vuelva a oxigenarse, bombearse y repartirse por todo el organismo… es decir lo que conocemos como retorno venoso.
Ese retorno venoso a nivel de las extremidades inferiores se hace contra la gravedad, y para realizarlo se dispone de diferentes mecanismos, donde destacan:
- La contracción de los músculos presentes tanto en los gemelos como en el pie. Estos músculos al andar, presionan y hacen que la sangre ascienda.
- El otro mecanismo es la presencia de unas válvulas dentro de las venas que hacen que la sangre no caiga.
Cuando estos mecanismos fallan, y sobre todo cuando esas válvulas venosas dejan de ejercer su acción de manera correcta, comienzan a aparecer los problemas…
La sangre se acumula en las extremidades inferiores y ese acumulo va a hacer que las venas se dilaten para contener esa mayor cantidad de sangre. Si persiste en el tiempo, esa dilatación terminará por hacerse permanente, dañando los venas que acabaran por transformarse en lo que se conoce como varices.
Además de esas varices y también por el mismo motivo se generan el resto de síntomas y signos de la enfermedad venosa como son las piernas cansadas o los tobillos y pies hinchados, etc
¿Cuáles son los factores de riesgo de la Insuficiencia Venosa crónica?
Entre estos diferentes factores de riesgo, encontramos algunos que son inevitables como:
- Hay una predisposición genética, se establece que aproximadamente el 50% de las personas que padecen de varices tienen antecedentes familiares.
- El sexo, las mujeres son más propensas a padecer varices que los hombres debido a los cambios hormonales de la pubertad y menopausia. Además en la mujer hay que incluir otros factores de riesgo como el embarazo y el uso de anticonceptivos
- La edad, el paso de los años es un factor de riesgo a un mayor deterioro valvular y debilitamiento de la pared de los vasos sanguíneos en general.
Pero también encontramos factores de riesgo que pueden ser evitables y sobre los que tenemos que actuar, a saber:
– Obesidad, dieta ligera y que sea rica en fibra, para evitar el estreñimiento (que agrava el problema).
– Sedentarismo: Hay que moverse… el sedentarismo en un factor de riesgo no solo para la Insuficiencia Venosa, también para múltiples patologías.
– Permanecer de pie durante un tiempo prolongado.
– Uso de ropa y calzado estrecho… la moda es la moda, lo sabemos, pero la salud es lo primero. Evitamos la ropa estrecha y los tacones altos.
Tratamiento para la insuficiencia venosa crónica
Lo primero que se debe hacer es tomar conciencia de la enfermedad y de la progresión que tiene y establecer cambios en el estilo de vida, controlando los factores de riesgo que acabamos de ver y que son evitables, como el control de peso, la realización de ejercicio físico, evitar el uso de tacones y ropa ajustada, permanecer de pie durante un tiempo prolongado, etc.
En cuanto a los tratamientos, tendremos :
- Terapia compresiva: Se trata de la aplicación de compresión constante y progresiva en la extremidad inferior. Lo más común es el uso de las llamadas Medias de Compresión, que realizan la función de compresión de la vena para que la sangre ascienda, ya que el mecanismo «natural» es insuficiente. Se trata de una medida básica y además que ofrece muy buenos resultados.
- Tratamiento farmacológico: Existe una extensa gama de medicamentos con actividad venotónica y de acción sistémica, entre los más prescritos y dispensados tenemos los flavonoides (Diosmina, Hesperidina, Hidrosmina, Troxerutina) y las saponinas (escina o castaño de indias), o Hidroquinonas (dobesilato de calcio). Estos medicamentos venotónicos pueden combinarse con analgesicos, diuréticos o anticoagulantes para mejorar sintomatología.
Además, disponemos de los tratamientos medicamentosos vía tópica, que son un complemento ideal a la terapia sistémica.
En fin, poca broma con la Insuficiencia Venosa Crónica, como has podido comprobar a lo largo del post cuenta con una alta prevalencia y una progresión que se puede a complicar bastante, así que ante la aparición de los primeros síntomas consulta con tu médico y farmacéutico.