¿Cuántas veces has escuchado esa célebre frase de que si se te cae el pelo ya no hay nada que puedas hacer? ¿Qué no hay marcha atrás? ¿Y qué me dices de…? Uf, si tu padre es calvo, ya sebes lo que te espera. Lo cierto, que al igual que los efectos devastadores del cambio climático, aunque difícil, podrían tener solución, lo mismo pasa en muchas ocasiones con la caída del pelo. Evidentemente, hay determinados tipos de alopecia y determinadas fases en las que no hay marcha atrás. Pero también es cierto que hay tipos de alopecia que son reversibles y otros casos en los que podemos ralentizar la caída del pelo y gozar de más años de una buena salud capilar si actuamos a tiempo.
Lo cierto que antes de tirar la toalla, si se te cae el pelo, pide consejo a profesionales, que quizás tu caso tenga una solución. Para entender de qué os hablo, os voy a hacer una síntesis de los casos de distintos tipos de alopecia con los que nos encontramos con más frecuencia.
¿Qué es la alopecia?
La alopecia es el término utilizado para nombrar a la pérdida parcial, general, total o definitiva de la caída del cabello. Y como acabo de comentar, tiene su origen en distintos tipos de causa.
¿Qué tipos de alopecia hay?
¿Se te cae el pelo?
Alopecia cicatricial: La formación de tejido cicatricial provoca la destrucción del folículo piloso (zona donde nace el pelo), provocando una caída y perdida del pelo de forma definitiva. Es un tipo de alopecia que no se puede abordar desde la farmacia, requeriría poneros en manos de expertos y probablemente cirugía en los casos que el médico lo estime conveniente.
Alopecia no cicatricial: Aquí incluimos la alopecia difusa, androgénica, traumática y areata principalmente. Son las más comunes entre la población, pero presentan un mejor pronóstico. Es una pérdida en principio temporal del cabello con posibilidad de rebrote. En estos casos el folículo piloso se mantiene vivo, pudiendo recuperar su actividad total o en parte si aplicamos tratamiento. Si no tratamos, sobre todo los casos de alopecia androgenénica terminan en procesos irreversibles con sellado del folículo piloso.
Alopecia androgénica, androgenética o calvicie común: La padecen principalmente los hombres y el porcentaje varía significativamente con la edad. De hecho, afecta a más del 80% de los varones a partir de los 70 años. Aunque también hay algunas mujeres (entre el 8 y el 9%) que también padecen este tipo de alopecia. Quizás de todas las alopecias cicatriciales es la que presenta peor pronóstico, sobre todo si no se aplica tratamiento. Tratada a tiempo podemos en muchos casos ralentizar la caída e incluso recuperar parte del cabello en aquellas zonas en las que el folículo piloso no se halla sellado por completo. Existen todavía ciertas incógnitas de por qué este tipo de alopecia afecta a unos varones sí y a otros no, lo que está claro que el principal condicionante es genético y os lo desarrollaremos en nuestro próximo post.
Alopecia areata: Se manifiesta normalmente en forma de parches redondeados donde no crece el pelo y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Además puede afectar a cualquier persona independientemente de edad y sexo, aunque es más frecuente en la población joven. Su origen no está del todo claro, pero se cree que puede ser un proceso autoinmune, ayudado por otros factores como los nervios y la predisposición genética. También puede ser el responsable un proceso patológico como anemias, infecciones, alteraciones endocrinas… Normalmente suele tener un buen pronóstico, de hecho el 50% de los casos tienden a recuperarse en menos de un año, sobre todo aquellos casos en los que el número de placas o parches es reducido. Los casos con más número de placas o casos de pérdida total (poco frecuentes) presentan peor pronóstico.
Alopecia traumática:
Alopecia inducida por traumatismos físicos. Aquí incluimos casos producidos por cosméticos, gominas, lacas, secadores, peines, tintes, extensiones… También los casos de pacientes inmovilizados pierden el pelo en la zona de contacto y aquellos pacientes que por estrés o tensión emocional tienden a tocarse y tirarse en exceso del pelo. Estos casos suelen tener un buen pronóstico y la mayoría tienden a recuperarse si eliminamos la causa y aplicamos tratamiento complementario.
Alopecia difusa:
El cabello se cae en exceso y de forma repartida, aquí incluimos los famosos efluvios telogénicos. La raíz capilar pasa por tres fases, anágena o de crecimiento, catágena o de transición y telégena o de caída. En la alopecia difusa, hay una conversión del folículo de fase anágena a telógena provocando una mayor caída del pelo. Algunas de las causas que causan este tipo de alopecia son el parto, fiebres elevadas, cambios bruscos hormonales, tensión emocional, problemas de tiroides, dietas hipocalóricas, infecciones graves … También ojo al uso de determinados medicamentos como anticonceptivos con progestágenos, algunos hipocolesterolemiantes, heparinas, enalapril, ácido acetil salicílico… Para vuestra tranquilidad comentaros que los cuadros suelen ser reversibles y el cabello tiende a recuperar su crecimiento normal cuando eliminamos la agresión. Además la alopecia difusa suele responder muy bien a tratamientos cosméticos.
Con este post no pretendo dar falsas esperanzas, pero sí animaros a que no tiréis la toalla y que ante la sospecha de los primeros síntomas, poneros en manos de expertos que aunque no lo creas, hay casos que tienen solución y tratar la alopecia en sus primeras fases es la principal clave del éxito.
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