Esta es una de las típicas consultas, a las que en más de una ocasión hemos tenido el honor de otorgar el título de pregunta del millón. Más de dos y tres veces algún paciente me ha mirado incrédulo, como si me estuviera quedando con él, y me ha preguntado… ¿Por qué voy a aplicar un parche que de calor para el dolor si otras veces he aplicado frío? O del tipo… ¿Por qué unas cremas producen calor y otras frío en los tratamientos para el dolor?
Pues al igual que los polos opuestos se atraen, tanto el calor como el frío pueden resolver o aliviar algún proceso doloroso que se nos presente. Eso sí, dependiendo del tipo de dolor u origen de la lesión, aplicaremos un producto u otro. Así que para aclarar dudas, vamos a comentar las principales diferencias y similitudes:
¿Cuándo aplicar frío y por qué?
El frío es vasoconstrictor, provoca una disminución del calibre de las paredes de los vasos sanguíneos, esto se traduce en una disminución del aporte sanguíneo y en una ralentización del proceso inflamatorio.
El efecto frío va a provocar analgesia y acción antiinflamatoria, además gracias a su acción vasoconstrictora va a ser muy útil en aquellas sobrecargas o molestias que cursen con componente circulatorio como son: Varices, piernas cansadas, golpes o contusiones. Por eso muchas de las cremas con acción heparínica se aconseja meterlas en la nevera para complementar el efecto terapéutico. También el uso bolsas y apósitos con efecto frío va a ser útil en la contención de hemorragias gracias precisamente a esa acción vasoconstrictora.
También podemos aprovechar el poder del frío en el tratamiento de lesiones musculares que cursan con rotura fibrilar o inflamación como el caso de: Contusiones, lesiones en articulaciones, fracturas, luxaciones, esguinces, sobrecarga… En estos casos se aconseja aplicar durante 72 horas. También puede dar sensación de alivio en procesos inflamatorios tendinosos (tendinitis) aplicados justo en el momento en el que se produzca la sensación dolorosa.
¿Cuándo aplicar calor y por qué?
El calor en principio hace lo opuesto al frío, es vasodilatador. Pero esta vasodilatación puede ser también muy útil en el tratamiento de determinados procesos dolorosos y lesiones. El calor aumenta el flujo sanguíneo y el aporte de nutrientes a los tejidos y eso se traduce en una aceleración del proceso de cicatrización y reparación de tejidos, mejora de elasticidad y contractibilidad de las fibras musculares. Además hay que resaltar que el calor en sí provoca sensación de analgesia.
El efecto calor va a ser útil en contracturas, tortícolis, dolor por una mala postura, lesiones por esfuerzo, dolor lumbar, para mejorar la flexibilidad… Además gracias a su efecto sobre la mejora de elasticidad a nivel de las fibras musculares es muy útil aplicado antes de un entrenamiento para prevenir lesiones musculares.
Del efecto calor hay que resaltar que es una perdida paliativa, trata los síntomas en el momento de la aplicación, pero no es un tratamiento curativo del daño en sí.
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